La osteoporosis, una condición que debilita los huesos, a menudo se manifiesta a través de fracturas dolorosas que pueden requerir meses para sanar. Aunque la mayoría de los dolores desaparecen con la curación de la fractura, el persistente dolor después de este periodo se clasifica como crónico, siendo las fracturas vertebrales una causa común de esta forma de dolor.
El cuerpo utiliza el dolor como señal de lesión, y cuando los huesos se fracturan, los nervios envían mensajes de dolor al cerebro a través de la médula espinal. La respuesta al dolor puede variar según factores emocionales, como la depresión, que no solo aumenta la percepción del dolor sino también afecta la capacidad para enfrentarlo. Tratar la depresión puede, por ende, contribuir al manejo del dolor asociado a la osteoporosis.
El dolor asociado a la osteoporosis generalmente se presenta en forma de fracturas dolorosas. A menudo, el dolor desaparece a medida que la fractura se cura. Las nuevas fracturas tienden a sanar en aproximadamente tres meses. El dolor de la osteoporosis que persiste después de ese período se considera generalmente dolor crónico.
Una causa común de dolor crónico en la osteoporosis son las fracturas vertebrales. Mientras algunas personas no sienten dolor cuando se fractura una vértebra, otras experimentan un intenso dolor y espasmos musculares que perduran mucho después de que la fractura ha sanado.
El dolor es la manera del cuerpo de indicar que hay una lesión. Cuando los huesos se rompen, los nervios envían mensajes de dolor a través de la médula espinal hasta el cerebro, que los interpreta.
Tu respuesta al dolor puede estar determinada por muchos factores, incluido tu estado emocional. La depresión parece aumentar la percepción del dolor y también disminuye tu capacidad para hacerle frente. Cuando tratas la depresión, también tratas el dolor.
El dolor crónico de la osteoporosis perdura más allá del tiempo habitual de curación. Interfiere con la vida normal. Aunque la lesión se haya curado, el dolor persiste. El mensaje de dolor puede ser desencadenado por tensión muscular, debilidad, espasmos o rigidez.
Tus sentimientos de frustración, enojo y miedo pueden intensificar el dolor de la osteoporosis, independientemente de su causa. El dolor crónico afecta todas las áreas de tu vida y debe tomarse en serio. Consulta a tu médico sobre cómo gestionar el dolor crónico de la osteoporosis.
cómo gestionar el dolor
Algunas estrategias típicas para hacer frente al dolor incluyen el uso de calor y frío, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), el uso de soportes o férulas, ejercicio, fisioterapia, acupuntura y masaje.
El uso de duchas calientes o bolsas de agua caliente para aliviar el dolor crónico es una opción. Alternativamente, las compresas frías o bolsas de hielo también pueden aliviar el dolor. En ambos casos, aplica la compresa en la piel durante 15 a 20 minutos.
La TENS envía impulsos eléctricos a ciertas partes del cuerpo para bloquear las señales de dolor. Es un pequeño dispositivo en el que se colocan dos electrodos en los puntos del cuerpo donde experimentas dolor. La corriente eléctrica suave puede prevenir que los mensajes de dolor se transmitan al cerebro. Mientras algunas personas encuentran alivio durante varias horas después de una sola sesión, otras utilizan pequeñas unidades portátiles de TENS que se conectan al cinturón para un alivio continuo del dolor de la osteoporosis.
Los soportes espinales pueden reducir el dolor e inflamación al restringir tus movimientos. Después de una fractura vertebral, un soporte o férula puede aliviar el dolor y permitirte retomar las actividades normales mientras la fractura sana. Pero un soporte para la espalda puede debilitar los músculos espinales y debería usarse solo el tiempo necesario.
El ejercicio es otra opción porque aumenta el nivel de endorfinas en el cuerpo, que son analgésicos naturales producidos por el cerebro.
La fisioterapia puede enseñarte la postura adecuada y ejercicios para fortalecer tus músculos sin debilitar tu columna vertebral. La terapia acuática, en particular, se recomienda para personas que experimentan dolor crónico de la osteoporosis.
La acupuntura puede estimular las terminaciones nerviosas que provocan que el cerebro libere endorfinas. No esperes curarte en una sola sesión, sin embargo. La acupuntura aplica presión directa mediante el uso de agujas especiales en las áreas que desencadenan el dolor.
Finalmente, la terapia de masajes puede ayudarte a gestionar el dolor crónico de la osteoporosis. Puede ser un movimiento circular ligero y lento con las yemas de los dedos o un amasamiento profundo que se mueve desde el centro del cuerpo. Los masajes alivian el dolor, relajan los músculos rígidos y suavizan los nudos musculares. Si tienes osteoporosis en la columna vertebral, no se debe realizar un masaje profundo en la espalda.